Hacer de las monstruosidades cotidianas, materia política.

El trabajo que vengo realizando hace varios años, parte de la premisa PENSAR CON LAS MANOS como herramienta plástica y conceptual que le pertenece al día a día. Esta herramienta que cambia de forma, así como muere el sol todos los días, pretende apropiarse del principio narrativo, para lo cual, ha sido mi cuerpo de mujer el primer lugar de observación y toma de apuntes. En ello, atravieso millones de dudas que me ponen en contexto, mi piel se eriza y suda, desbordándose y tocando al otrx, reconociéndome parte de algo que me excede, que es plural, que reverbera, que es deforme, que es monstruoso.

Es en el trabajo textil donde habito mi cuerpo al hacer otro cuerpo, y en esa medida, me entrego a las múltiples narrativas que se entre - tejen. En búsqueda y fabricación de otras que pieles que puedan ser puestas, propongo juegos en los que intercambiemos historias, donde la ficción se abra paso y construya nuestra imaginación política de agencia en el mundo, de soberanía cultural.